Concluye el ensayo REBOOT, publicado en “The New England Journal of Medicine” en el que ha participado el Dr. José María de la Torre Hernández, jefe de Cardiología de Valdecilla
Una de las prácticas más extendidas en cardiología moderna, el uso rutinario de betabloqueantes tras un infarto de miocardio, ha quedado en entredicho gracias a los resultados del ensayo clínico REBOOT, en el que ha participado el doctor José María de la Torre, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, como miembro del comité del estudio y junto a un equipo de cardiólogos del Hospital que llevaron a cabo la ejecución del mismo, situándolo entre los 10 centros con mas pacientes incluidos.
Los resultados, publicados en “The New England Journal of Medicine”, demuestran que estos fármacos no aportan beneficio clínico cuando la fracción de eyección —el bombeo del corazón— es superior al 50%, es decir, cuando la función cardíaca se mantiene preservada tras un infarto.
En cambio, los investigadores subrayan que los betabloqueantes siguen siendo indicados cuando la fracción de eyección es menor o hay insuficiencia cardíaca, ya que en esos casos sí mejoran la supervivencia y reducen complicaciones.
“El mensaje debe ser claro: los betabloqueantes no aportan beneficio tras un infarto con fracción de eyección residual mayor del 50 %, pero son muy recomendables cuando el corazón está dañado y muestra una fracción de eyección reducida”, resume el Dr. De la Torre. “Ese matiz es fundamental para evitar alarmas y malinterpretaciones”.
No obstante, es importante señalar que algunos pacientes con infarto y fracción de eyección mayor del 50% pudieran aun así presentar otras indicaciones para estos fármacos, como hipertensión o ciertos tipos de arritmias. Todo paciente que este tratado con estos fármacos y albergue dudas respecto a este tratamiento deberá consultar con su médico.
Un estudio de referencia internacional
El ensayo REBOOT, coordinado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) bajo la dirección del Dr. Borja Ibáñez, incluyó a 8.505 pacientes de 109 hospitales en España e Italia, con un seguimiento medio de 3,7 años. Se trata de uno de los estudios más grandes realizados en el ámbito cardiovascular en las últimas décadas.
Hasta ahora, las guías clínicas internacionales recomendaban la prescripción rutinaria de betabloqueantes tras un infarto, una práctica basada en estudios de hace más de 40 años, previos a la era de la reperfusión inmediata, las estatinas y la doble antiagregación. En la actualidad, más del 80% de los pacientes reciben estos fármacos al alta, pese a que pueden causar efectos adversos como fatiga, bradicardia o disfunción sexual.
Los hallazgos de REBOOT cuestionan este dogma y abren la puerta a una medicina más personalizada, ajustada al perfil clínico de cada paciente.
Resultados principales
El estudio no encontró diferencias significativas entre los pacientes tratados con betabloqueantes y los que no los recibieron en términos de:
• Mortalidad total.
• Riesgo de reinfarto.
• Hospitalización por insuficiencia cardíaca.
En pacientes con fracción de eyección preservada, los betabloqueantes no redujeron ninguno de estos eventos, lo que convierte sus resultados en un cambio de paradigma en cardiología.
Subanálisis y futuras líneas de investigación
El ensayo incluyó subanálisis que sugieren posibles diferencias de género en la respuesta al tratamiento. Según el Dr. De la Torre, “las mujeres con fracción de eyección preservada parecían experimentar más efectos adversos con los betabloqueantes, especialmente a dosis altas”. Aunque estos hallazgos deben confirmarse en estudios específicos, abren la puerta a investigaciones centradas en el impacto de género en la terapia cardiovascular.
Otros subestudios en curso analizarán el comportamiento de estos fármacos según el tipo de infarto, aprovechando la amplitud y riqueza de datos generados por una cohorte tan amplia.
España, en la primera línea de la investigación mundial
La publicación de REBOOT en la revista médica más prestigiosa del mundo y su presentación en el congreso europeo de cardiología —el mayor del mundo, con más de 34.000 asistentes— refuerzan el papel de España como referente en investigación cardiovascular.
“El impacto de este trabajo es enorme, tanto en la práctica clínica como en la proyección internacional de la ciencia española”, destaca el Dr. De la Torre. “Es un orgullo que un estudio que cambia la forma en que tratamos a los pacientes se haya liderado desde nuestro país”.